Qué No Decir a Tus Hijos el Día de los Resultados de los Exámenes

Qué No Decir a Tus Hijos el Día de los Resultados de los Exámenes

Los exámenes siempre han sido una fuente de estrés y ansiedad para los estudiantes. La anticipación, la preparación, las altas expectativas: todos estos factores contribuyen a un torbellino de emociones. El día de los resultados, estos sentimientos culminan en un momento que puede traer alegría o decepción. Como padres, lo que decimos y, más importante, cómo nos sentimos, es crucial para ellos, para nosotros y para nuestra relación con ellos. Sin embargo, no te preocupes demasiado, ya que no somos los únicos que influirán en cómo se sienten respecto a los resultados. Nuestro trabajo es amarlos y estar, de alguna manera, separados de sus resultados académicos, ayudándoles a hacerse amigos de esas emociones de estrés y ansiedad, y mostrándoles que están seguros mientras exploran cómo se sienten al navegar por esas olas emocionales.

 

Es importante reconocer que no es fácil para los padres, especialmente hoy en día, enseñar a sus hijos lo importante que son la escuela y los resultados, y al mismo tiempo mostrarles que no es lo único que importa, porque nuestro objetivo final—la felicidad—no depende de su camino académico. No es fácil evitar sentir miedo si están fallando, o si los vemos siendo perezosos o no trabajando tan duro como creemos que deberían. Encontrar el equilibrio entre qué decir para no poner demasiada presión, pero a la vez transmitir la importancia de sus esfuerzos, puede ser un desafío.

 

Lo más importante es venir desde el lugar adecuado, mantener tus miedos bajo control, y aceptar y respetar quiénes son mientras maduran lo suficiente para construir su propio futuro. Permíteme ayudarte a encontrar algunas ideas sobre qué no decir a tus hijos el día de los resultados de los exámenes, basándome en cómo podemos apoyarlos mejor y centrándonos en lo que realmente importa: su crecimiento personal y su felicidad.

 

Reconociendo la Injusticia de la Presión de los Exámenes

Puede parecer bastante injusto tener tanto en juego en un solo examen. ¿Qué pasa si tu hijo tiene un mal día? ¿Qué pasa si no ha dormido bien y olvida información crucial? Aunque todos podemos estar de acuerdo en lo injusto que puede ser este sistema, es la realidad con la que debemos lidiar hasta que se produzcan cambios. Lo mejor que podemos hacer es adaptarnos y ayudar a nuestros hijos a enfrentar las presiones a las que se enfrentan. Y de alguna manera confiar en que su sabiduría interna los guiará hacia su misión en la vida.

 

La Diferencia Entre el Valor y el Rendimiento

Idealmente, deberíamos empezar a diferenciar el valor de nuestros hijos de su rendimiento escolar desde que son muy pequeños. De esta manera, no tendremos que aprender bajo presión qué decir o hacer en el último minuto cuando estén abrumados. Es esencial darnos cuenta de que su rendimiento en la escuela no define quiénes son, su inteligencia, o su futuro potencial éxito. Todos podemos estar de acuerdo en que el éxito definitivo equivale a la felicidad, y la verdadera felicidad proviene de otras áreas como la autoaceptación, el amor propio, la amabilidad, la compasión y la gratitud, no solo de los logros académicos. Al centrarnos en estos valores, preparamos a nuestros hijos para enfrentar los exámenes y otros desafíos de la vida con la mentalidad correcta.

 

La Visión Global

El sistema escolar, diseñado hace mucho tiempo para integrar a las nuevas generaciones en la fuerza laboral, no es el determinante último de la felicidad o el éxito. Muchos estudios han demostrado que lo que realmente hace feliz a la gente es estar al servicio de los demás y marcar la diferencia en sus vidas. La fuerza laboral está destinada a darnos una posición económica, pero también debe ser vista como nuestra manera de llevar nuestro talento al mundo y colaborar con otros seres humanos. Sanarlos como médicos, ayudarlos como abogados, o enseñarles como maestros, etc., pero también hay otras maneras. Lo que aprendemos en la escuela y el sistema actual no está completamente diseñado para fomentar toda la amplia variedad de posibles talentos y formas de compartirlos con el mundo. Si por alguna razón este camino tradicional no es el adecuado para expandir el potencial de tus hijos, seguro que se descubrirán otras maneras. Saber esto en nuestros corazones nos ayudará a estar más tranquilos y confiados ante cualquier resultado.

Necesitamos fomentar la disciplina, el esfuerzo y una ética de trabajo sólida, no como medidas de valor, sino como herramientas para lograr los resultados deseados dentro del sistema existente. Este enfoque ayuda a los niños a comprender que, si bien sus esfuerzos en el estudio son esenciales, no definen su valor intrínseco ni su misión en la vida.

 

Ideas de Qué No Decir el Día de los Resultados

  1. «Tu hermano/hermana lo hizo mejor en esa asignatura.»
    Comparar a los hermanos puede generar sentimientos de insuficiencia y resentimiento. Cada niño es único, con diferentes fortalezas y debilidades. En lugar de compararlos, celebra sus esfuerzos y logros individuales.
  2. «Pensaba que te habían predicho una nota más alta.»
    Expresar decepción por su rendimiento puede ser increíblemente desmoralizante. Las predicciones no son más que eso: predicciones. Enfócate en su esfuerzo y en el trabajo duro que han puesto.
  3. «Esta nota afectará tu futuro.»
    Aunque es cierto que los resultados de los exámenes pueden influir en las oportunidades, enfatizar esto puede añadir presión innecesaria. Reasegúrales que hay múltiples caminos hacia el éxito y que un examen no definirá su futuro entero.
  4. «¿Por qué no estudiaste más?»
    Esta pregunta solo añade culpa y estrés. En su lugar, pregúntales cómo se sintieron respecto al examen y qué piensan que podrían mejorar para la próxima vez. Esto promueve un enfoque constructivo del aprendizaje.
  5. «Estoy decepcionado contigo.»
    Escuchar esto de un padre puede ser devastador. Tu hijo necesita saber que tu amor y apoyo son incondicionales, independientemente de sus resultados académicos.

 

Qué Decir en su Lugar

  1. «Estoy asombrado del esfuerzo que has puesto, bravo.»
    Reconocer su trabajo duro les ayuda a sentirse valorados por su dedicación, no solo por sus resultados.
  2. «¿Cómo te sientes respecto a tus resultados?»
    Esto abre un diálogo y les permite expresar sus emociones, haciéndoles sentir escuchados y comprendidos.
  3. «¿Qué crees que has aprendido de esta experiencia?»
    Animarles a reflexionar sobre su experiencia les ayuda a ver los exámenes como una oportunidad de aprendizaje y no solo como una prueba de conocimiento.
  4. «Eres mucho más que tus notas.»
    Reafirmar su valor más allá del rendimiento académico les ayuda a mantener una autoestima saludable.
  5. «Estoy seguro de que puedes encontrar el próximo paso, estoy aquí si quieres hacerlo juntos.»
    Hazles sentir que confías en su sabiduría, pero ofrecerles apoyo y orientación para el futuro les hace sentir menos solos y más capaces de enfrentar los desafíos.

 

Apoyándolos Durante el Proceso

Durante el Tiempo de Estudio

Respeta los hábitos de estudio únicos de tu hijo. Algunos niños pueden estudiar durante largas horas, mientras que otros necesitan descansos frecuentes. Tu apoyo debe centrarse en comprender y respetar sus métodos, no en imponer los tuyos. Si estudian “demasiado,” respétalo. Si hacen pausas frecuentes y piensas que están “perdiendo el tiempo,” respétalo. Asegúrate de que tus comentarios o consejos provengan del lugar adecuado para que puedan decidir si seguir tu consejo o continuar a su manera.

 

Estrés Previo al Examen

Estate presente para escuchar sus preocupaciones y validar sus sentimientos. La ansiedad y el estrés son respuestas naturales a situaciones de alta presión. Al reconocer estas emociones, les ayudas a desarrollar resiliencia y mecanismos de afrontamiento. No tengas miedo de su estrés o agobio; estas sensaciones pueden ser grandes maestras si se abordan correctamente, haciéndolos más fuertes a medida que aprenden a superarlas.

 

Después del Examen

Una vez que el examen ha terminado, anímales a relajarse y confiar en el proceso. Si han dado lo mejor de sí mismos, asegúrales que el resultado ya no está en sus manos. Si lamentan no haber estudiado más, ayúdales a verlo como una experiencia de aprendizaje para el futuro. Recuérdales que lo que deba suceder, sucederá, y que su futuro no está determinado por este único resultado.

 

En conclusión, el día de los resultados de los exámenes es un momento crítico en la vida de tu hijo, pero no define su futuro ni su valor. Al elegir nuestras palabras con cuidado, podemos apoyarlos de una manera que fomente la resiliencia, el valor propio y una visión positiva de la vida. Recuerda, el objetivo final es ayudarles a convertirse en individuos felices y completos que entienden que el éxito se define por mucho más que las notas en un papel.

 

Buena suerte a todos, y recuerda, el mundo necesita a tus hijos, sus talentos, su potencial, sus ideas, su pasión, su presencia… Disfruta el viaje de cumplir tu misión de ayudarles a descubrir su verdad.

 

Por Lorena Bernal

Artículo publicado en Belfast Telegraph

Construyendo Conexiones Más Fuertes: 5 Preguntas Conscientes para Hacer a Tus Hijos Sobre Su Día

Construyendo Conexiones Más Fuertes: 5 Preguntas Conscientes para Hacer a Tus Hijos Sobre Su Día

Comunicarnos con nuestros hijos es algo con lo que muchos de nosotros luchamos. A menudo pensamos que la comunicación se trata solo de palabras, pero es mucho más que eso. Nuestros hijos se están conectando constantemente con nosotros a nivel del corazón, percibiendo nuestras emociones a través de nuestro lenguaje corporal, expresiones faciales, tono de voz e incluso cómo interactuamos con otros en su presencia. Por lo tanto, nuestro primer paso para fomentar una comunicación efectiva con nuestros hijos es trabajar en nosotros mismos: nuestra felicidad, paz, autoconfianza y amor propio. Cuando creamos un entorno seguro y equilibrado, nuestros hijos se sienten lo suficientemente seguros como para expresarse honestamente sin sentirse agobiados por el peso de nuestras emociones.

 

Los niños son increíblemente perceptivos. Si sienten que son responsables de la felicidad de sus padres, pueden volverse reacios a comunicarse honestamente. Necesitan sentirse libres y seguros para ser ellos mismos, sin temer que puedan alterar el mundo emocional de sus padres.

 

Dado este fundamento, hay varias maneras en que podemos usar las palabras para fomentar una comunicación abierta. Sin embargo, es crucial que estas palabras provengan de nuestro corazón. Si nuestras palabras no coinciden con nuestro estado genuino de ser, nuestros hijos lo notarán, lo que podría llevar a la desconfianza. Aquí tienes cinco preguntas conscientes para ayudarte a desarrollar una conexión más fuerte con tus hijos:

  1. «¿Cuáles fueron los momentos destacados de tu día?» Aborda esta pregunta con el mismo entusiasmo que un niño tiene al ver los mejores momentos del partido de su equipo favorito. Pregunta: «Vamos, ¿cuáles fueron los momentos destacados de tu día en la escuela?» y escucha verdaderamente su respuesta sin juzgar. Conéctate con las emociones que expresan, ya sea alegría, emoción o incluso frustración. Al evitar etiquetas como «bueno» o «malo», les permites compartir sus experiencias libremente.
  2. «¿Sabes qué me pasó hoy?» En lugar de preguntarles directamente, comparte algo interesante de tu propio día. Esto los anima a corresponder y compartir sus propias historias. Haz tu historia atractiva y muestra emociones genuinas. Podrías decir: «¡No vas a creer lo que me pasó hoy!» y luego pedir su consejo, sin importar su edad. Apreciarán que valores su opinión.
  3. «¿Cómo está tu amigo?» Preguntar sobre sus amigos demuestra que te importan las personas importantes para ellos. Esta pregunta es menos directa y no se siente como un interrogatorio. Ayuda a construir un vínculo entre ustedes porque su círculo social es una parte significativa de su mundo. Al mostrar interés en sus amigos, validas sus relaciones y experiencias.
  4. Pregunta sobre algo específico que recuerdes que iban a enfrentar ese día. Muéstrales que recuerdas detalles de lo que te contaron. Podría ser sobre un plato especial que estaban emocionados por probar, una actividad que habían planeado o una conversación que necesitaban tener. Al recordar estos detalles, demuestras que prestas atención a lo que es importante para ellos, fomentando un sentido de ser vistos y valorados.
  5. A veces, no preguntes nada. Simplemente está presente. Dales un beso, sonríe, haz una pregunta casual como, «¿Cómo fue tu día?» y luego simplemente estate con ellos. Haz un comentario sobre el clima, diles cuánto los extrañaste o lo guapos que se ven. Abraza el silencio potencial; a veces, los niños necesitan una presencia amorosa y tranquila más que palabras. Comparte experiencias, risas y afecto.

 

Cualquiera sea el enfoque que elijas, evita juzgar o dar una lección de inmediato. El objetivo es crear un espacio seguro donde tu hijo se sienta escuchado, valorado y libre para expresar su verdadero ser. Aunque asegúrate de realmente escucharlos, valorarlos y aceptarlos tal como son. Al hacer preguntas conscientes y estar presente, construyes una conexión más profunda y genuina con tu hijo, sentando las bases para una comunicación abierta y honesta.

 

Las expectativas de los padres suelen interponerse en la comunicación honesta. En lugar de evaluar lo que hacen nuestros hijos o cómo lo hacen, a menudo lo juzgamos en comparación con nuestras expectativas. Por ejemplo, si esperamos que nuestro hijo haga sus deberes bien y a tiempo, cualquier cosa que no cumpla con eso puede parecernos negativa o insuficiente. En lugar de abordar las situaciones desde la perspectiva de sus necesidades, a menudo nos centramos en que cumplan con nuestros estándares. Para conectarnos verdaderamente con nuestros hijos, debemos abrazar su singularidad y dejar de lado nuestras expectativas rígidas. Confía en su individualidad y libérate valientemente de la necesidad de controlar sus resultados, permitiéndoles crecer y expresarse libremente.

 

Por Lorena Bernal

Articulo utilizado en las revistas Families (Upon Thames) and Families (South West)

Preparando a Tus Hijos para el Nuevo Curso Escolar: Consejos para Tranquilizar sus Inquietudes

Preparando a Tus Hijos para el Nuevo Curso Escolar: Consejos para Tranquilizar sus Inquietudes

A medida que se acerca el nuevo curso escolar, es completamente natural que tanto los padres como los niños sientan una mezcla de emoción y nerviosismo. Ya sea que tu pequeño esté comenzando la escuela por primera vez, pasando a la educación secundaria, o entrando en esos cruciales años de exámenes, estas transiciones pueden generar muchas preguntas y preocupaciones.

 

Como padres, nuestro papel es guiar y apoyar a nuestros hijos a través de estos cambios, ayudándoles a sentirse seguros, comprendidos y preparados para lo que les espera. A continuación, he abordado algunas preguntas comunes que los niños pueden tener mientras se preparan para el nuevo curso, junto con formas reflexivas en las que podemos responder para ayudarles a enfrentar estos desafíos con una sensación de seguridad y confianza.

 

Para los niños que comienzan la escuela por primera vez:

No quiero ir a la escuela, ¿por qué tengo que ir?

«Oh, cariño, ¡yo tampoco quiero que vayas! Si pudiera, te mantendría conmigo para siempre porque me encanta tenerte cerca. Pero has crecido tanto, y ir al colegio es algo que necesitas hacer para seguir creciendo y aprendiendo. Ambos tenemos que aceptarlo, aunque sea difícil, y lo afrontaremos juntos de la mejor manera posible.»

¿Y si no hago amigos?

«Eres una persona maravillosa, y sé que harás amigos porque los demás verán lo increíble que eres, al igual que tú también conocerás a niños geniales. Puede que no suceda de inmediato, y eso está bien. Tus profesores estarán ahí para cuidarte, y yo estaré aquí esperando para darte mil abrazos y besos cuando llegues a casa. También voy a intentar hacer amistad con las otras mamás, para que pronto podamos organizar juegos juntos.»

¿Y si alguien es malo conmigo?

«Sabes, la mayoría de los niños son muy amables, pero a veces alguien puede ser malo porque se siente enfadado, triste o asustado. Es importante recordar que no es por ti, sino por algo que ellos están pasando. Si eso sucede, asegúrate de decírselo a los adultos en la escuela, y ellos os ayudarán a ambos. Y recuerda, siempre sé amable con todos, incluso si aún no los conoces. ¡Estoy deseando escuchar todas tus historias cuando llegues a casa cada día!»

Para los padres:

Al responder a las preocupaciones de nuestros pequeños, es esencial validar sus sentimientos. Evita decir cosas como “No seas tonto” o “No sientas eso”. Es fundamental que sepan que nosotros, como padres, también compartimos esos sentimientos, porque así es. Nosotros también tenemos esos miedos, y fingir que no los tenemos no es útil. En su lugar, necesitamos mostrarles cómo manejar sus preocupaciones, cómo entender sus sentimientos y cómo abrazarlos. También es importante que sepan que les queremos, que pase lo que pase, siempre estaremos ahí para ellos. Somos un equipo—nosotros y nuestros hijos—no la escuela y nosotros. Estamos en esto juntos, enfrentando este nuevo desafío lado a lado. En este momento, hacer que se sientan seguros, escuchados y comprendidos es una de las claves para su estabilidad emocional.

 

Para los que pasan a la educación secundaria:

Mis amigos van a otra escuela / estarán en una clase diferente, ¿qué haré?

«Lo sé, es difícil pensar en hacer nuevos amigos, pero si lo hiciste una vez, definitivamente puedes hacerlo de nuevo. Es normal sentirse preocupado cuando te enfrentas a algo nuevo, pero encontrarás tu camino y harás grandes amigos, tal como lo hiciste antes. No te apresures y no cambies quién eres para que te gusten—simplemente sé tú mismo. La mayoría de los otros niños estarán en la misma situación, y os ayudaréis mutuamente a superar esto.»

¿Mis clases van a ser mucho más difíciles?

«No mucho, pero sí, serán un poco más difíciles. La buena noticia es que estás preparado para este nuevo paso. Has crecido, has aprendido, y estás listo para lo que viene. Y si te resulta demasiado difícil, no te preocupes—encontraremos una manera de ayudarte a mantener el ritmo.»

Me da miedo estar rodeado de niños mucho mayores, ¿serán malos conmigo?

«Estás preparado para esto, pero entiendo que pueda sentirse un poco abrumador. Recuerda, muy pronto tú también serás uno de los mayores. Los niños mayores no necesariamente serán malos, pero si lo son, a menudo es porque así es como intentan divertirse, no por algo que hayas hecho. Si sucede, intenta alejarte y díselo a un adulto, o cuéntamelo cuando llegues a casa, y juntos encontraremos cómo manejarlo.»

Estoy acostumbrado a tener un solo profesor y ahora tendré muchos, ¿y si no me gusta alguno de ellos?

«De hecho, sería sorprendente si te gustaran todos tus profesores—¡a mí no me gustaba mi profesor de matemáticas ni mi profesora de historia! Pero está bien. Simplemente necesitamos aceptarlo y hacer nuestro mejor esfuerzo. Quién sabe, con el tiempo puede que acabes gustándoles, o al menos te irá bien en sus clases y disfrutarás de los profesores que sí te gustan.»

Llevo almuerzo de casa / como en el comedor escolar, ¿me sentiré excluido?

«Siempre habrá situaciones en la vida en las que puedas sentirte excluido, y eso está bien. Lo que importa es ser fiel a ti mismo. No necesitas cambiar quién eres ni ir en contra de tus valores para encajar. Las personas adecuadas llegarán a tu vida cuando seas tú mismo. Si hay algo que quieras cambiar o probar, solo dímelo, y lo exploraremos juntos para que puedas tomar decisiones que te hagan sentir bien.»

Para los padres:

Una vez más, es fundamental validar sus miedos y sentimientos, haciéndoles saber que nosotros también hemos estado allí y que entendemos lo que están pasando. Anímales a ser fieles a sí mismos, incluso si resulta difícil, y a no seguir a la multitud si no se sienten cómodos. Necesitan sentirse seguros y queridos en casa para tener el valor de ser ellos mismos y asumir el riesgo de sentirse excluidos. No dudes en reconocer que la escuela puede ser difícil y que pueden enfrentar situaciones desagradables, pero asegúrate de que sepan que son capaces de manejarlo, y que estamos aquí para ayudarles si lo necesitan.

 

Para los que comienzan los años de exámenes:

¿Y si no apruebo mis exámenes?

«Intenta no preocuparte por eso ahora. Simplemente haz tu mejor esfuerzo, trabaja duro, y conseguirás los resultados que necesitas. Lo más importante es que lo des todo para que no tengas ningún arrepentimiento al final—nada que desearías haber hecho de manera diferente. Los resultados que obtengas serán los adecuados para ti, para tu camino y para tu éxito futuro. Concéntrate en lo que está bajo tu control, y deja de lado las cosas que no puedes controlar.»

Quiero ver a mis amigos, pero tendré tantos deberes. No quiero perderme nada.

«Tus amigos estarán en una situación similar, así que no estás solo en esto. A medida que crecemos, tenemos que enfrentar responsabilidades que a veces nos impiden ver a nuestra familia o amigos tanto como nos gustaría. La clave es aprovechar al máximo el tiempo que pasas con tus amigos. No te preocupes por sentirte excluido—los amigos verdaderos siempre estarán ahí, incluso si no puedes verlos todo el tiempo. Te pondrás al día con lo que te has perdido, o ellos te lo contarán con fotos e historias. Organicemos tu tiempo lo mejor que podamos para que tengas tiempo para todo lo que quieres y necesitas hacer. Aunque no sea tanto tiempo como te gustaría, podrás disfrutar plenamente de esos momentos porque habrás reservado tiempo solo para eso.»

Para los padres:

Nuestros hijos a esta edad están madurando y comenzando a comprender que las responsabilidades a veces significan sacrificar las cosas que más disfrutamos. Ayudarles a mantenerse organizados y presentes en cada situación les permitirá disfrutar mejor del viaje. Intenta aliviar cualquier ansiedad sobre el futuro animándoles a hacer su mejor esfuerzo y a confiar en su propio camino. No hay una única respuesta para el éxito, y cuanto más conectados estén con quienes son, más abrazarán su camino y su ritmo únicos.

 

Por Lorena Bernal

Artículo publicado en la revista Netmums magazine UK y en Head Topics magazine UK

Estrategias Mindful para una Transición Suave al Regreso a Clases: Aliviando la Ansiedad y Fomentando la Confianza

Estrategias Mindful para una Transición Suave al Regreso a Clases: Aliviando la Ansiedad y Fomentando la Confianza

A medida que el verano llega a su fin y se acerca el comienzo de un nuevo año escolar, muchos padres se enfrentan al desafío de ayudar a sus hijos a hacer la transición de vuelta al colegio. Ya sea que tu hijo esté cambiando de escuela, entrando en un año de exámenes importantes, o simplemente ajustándose después de las vacaciones, este período puede traer una mezcla de emoción y ansiedad. Como coach en mindfulness y crianza, he visto de primera mano lo crucial que es abordar esta transición con intención y calma. Al enfocarte tanto en tu mentalidad como en las necesidades emocionales de tu hijo, puedes crear una experiencia de regreso a clases más fluida y positiva para toda la familia.

 

Aliviar la Ansiedad del Regreso a Clases con Mindfulness

A medida que terminan las vacaciones de verano, muchos niños enfrentan ansiedad por volver al colegio. Esto puede ser especialmente desafiante si están cambiando de escuela o entrando en un año de exámenes. Como padres, es crucial que primero gestionéis vuestras propias preocupaciones. Los niños son muy perceptivos y captarán vuestras ansiedades, incluso si intentáis ocultarlas. Pregúntate: ¿De qué estoy preocupado? ¿Son estos miedos reales, o son reflejos de mi propia infancia? Al abordar tus inquietudes, creas un ambiente tranquilo en casa.

 

Un hogar seguro y amoroso fomenta la confianza en los niños. Confía en su capacidad de resiliencia e individualidad, y asegúrales tu apoyo. Cuando los niños se sienten seguros y escuchados, enfrentan nuevos desafíos con paz interior y confianza.

 

Usa el nuevo año escolar como una oportunidad para reiniciar las rutinas. Reflexiona sobre lo que funcionó el año pasado y lo que no, e introduce nuevos hábitos con entusiasmo. El verano a menudo trae nuevas ideas sobre las rutinas familiares: ahora es el momento de implementarlas con alegría. Asigna responsabilidades acordes a la edad de tus hijos, como poner la alarma o preparar la ropa para el día siguiente. Estas tareas les ayudan a sentirse maduros y de confianza, haciendo que las mañanas sean más fluidas y agradables.

 

Incorporar comentarios positivos en las conversaciones cotidianas también puede ayudar a aliviar su ansiedad. Menciona casualmente lo agradable que es la escuela o lo contento que estás con ciertos aspectos delante de tus hijos, pero no directamente a ellos. Al escuchar estos comentarios positivos, los internalizarán como verdades en lugar de sentir que están siendo sermoneados. Este refuerzo sutil puede aumentar significativamente su confianza y facilitar la transición de vuelta al colegio.

 

La transición de regreso al colegio no tiene por qué ser un momento estresante para tu familia. Si eres consciente de tus propias emociones, fomentas un entorno familiar de apoyo y guías suavemente a tus hijos hacia nuevas rutinas, les ayudarás a enfrentar el nuevo año escolar con confianza y calma. Recuerda, se trata de crear una atmósfera en la que todos se sientan vistos, escuchados y valorados. Con estas estrategias en marcha, tú y tu hijo podéis abordar el año escolar no solo con preparación, sino con emoción y alegría.

 

Por Lorena Bernal

Artículo usado para la revista Your Healthy Living.

Abraza un Septiembre sin Estrés: Una Guía de Mindfulness para Encontrar el Equilibrio

Abraza un Septiembre sin Estrés: Una Guía de Mindfulness para Encontrar el Equilibrio

Con la llegada de septiembre, la transición del calor y la libertad del verano al ritmo estructurado de la escuela y el trabajo puede sentirse abrumadora. Los días tranquilos de vacaciones aún resuenan en nuestros cuerpos, y la idea de volver a la rutina diaria puede ser desalentadora. Es normal sentirnos así. Este cambio marca el final de un capítulo y el comienzo de otro, que tal vez no sea tan atractivo como el anterior. Así que sí, está bien sentir un poco de resistencia, un poco de tensión con el inicio de la nueva temporada.

 

Pero, ¿y si pudiéramos abrazar este momento con alegría, gratitud e incluso emoción? Septiembre nos ofrece una oportunidad única para reiniciar. Es una ocasión para reorganizar no solo nuestros horarios, sino nuestras vidas, para diseñar nuestras rutinas, nuestros espacios y nuestra mentalidad de manera que nos apoyen de verdad. Aquí tienes una sencilla guía para ayudarte a centrarte, vivir el momento y convertir esta transición en una experiencia positiva.

 

1. Dedica un Momento para Reflexionar y Visualizar

Comienza creando un espacio en tu día para sentarte tranquilamente con tus pensamientos. Utiliza este tiempo para reflexionar sobre todo lo que debes hacer y todo lo que deseas hacer. Puedes escribir estos pensamientos o simplemente visualizarlos. Haz una lista de tareas, tanto las esenciales como las que te traen alegría. Luego, priorízalas. Este paso se trata de darte el regalo de la claridad. Estás diseñando tu septiembre, a tu manera.

2. Crea un Orden y Luego Actúa

Con tu lista en mano, organiza tus tareas de una manera que se sienta manejable. Recuerda que intentar hacer todo a la vez puede generar estrés e incluso inacción. Divide tu lista en pequeños pasos accionables. Concéntrate en una tarea a la vez, complétala por completo y luego tómate un momento para tacharla. Este simple acto de finalizar algo puede ser increíblemente satisfactorio y te mantendrá avanzando con una sensación de logro.

3. Establece Expectativas Realistas

Reconoce que el día solo tiene ciertas horas. Asigna tiempos específicos para cada tarea: responder correos electrónicos, gestionar la logística escolar o cuidar de ti misma. Cuando estés haciendo una tarea, estate completamente presente. Disfruta el proceso, por más mundano que parezca. Al enfocarte en hacer cada tarea lo mejor que puedas, encontrarás paz y propósito incluso en las acciones más pequeñas.

4. Libérate de la Presión de la Perfección

Recuerda, nadie espera que seas una superwoman, excepto, tal vez, tú misma. La verdad es que, si estás manejando todas estas responsabilidades, ya eres una. Así que suelta las expectativas poco realistas y simplemente ponte manos a la obra. Enfócate en lo que puedes hacer en este momento, y sé consciente de que es suficiente.

 

A medida que navegas por septiembre, recuerda que esta es tu oportunidad para reiniciar, reorganizar y realinear con lo que realmente importa para ti. Y no olvides que es igualmente importante permitirte momentos de descanso y pasar tiempo de calidad con tus seres queridos. Tus hijos, tu pareja, todos están enfrentando este nuevo capítulo contigo, y sin duda quieren que estés a su lado. Asegúrate de incluir en tu lista momentos para estar presente con ellos, escuchar sus historias y compartir las tuyas. Al abordar cada día con mindfulness e intención, puedes transformar este tiempo potencialmente estresante en una temporada de crecimiento, conexión y renovación.

 

By Lorena Bernal

Este artículo fue publicado en Candis magazine (UK)