Establecer metas y mantener buenos hábitos

Establecer metas y mantener buenos hábitos puede ser increíblemente gratificante, pero requiere una planificación cuidadosa y conciencia de uno mismo. Cuando fijas una meta—ya sea perder peso, comer más saludable, ser más disciplinado o despertarte más temprano—es fundamental empezar con un plan claro. Considera cómo quieres alcanzar ese objetivo, los pasos que tendrás que seguir, cuánto tiempo crees que llevará, y visualiza el resultado. Imaginar el momento en que logres tu objetivo puede ser un poderoso motivador a lo largo del proceso.

Un factor clave para fijar metas sostenibles es comprender la razón subyacente. Si tu motivación proviene de buscar la validación o impresionar a los demás, es posible que el proceso sea agotador y poco sostenible a largo plazo. Sin embargo, si tu objetivo está basado en un compromiso contigo mismo—como querer cuidar mejor tu salud, dar un buen ejemplo a tus hijos o ser una inspiración para otros—es más probable que te mantengas constante y encuentres satisfacción en el proceso.

Si te preocupa no poder mantener el plan o sientes que tu fuerza de voluntad podría flaquear, considera asociarte con alguien. Esto puede ser un entrenador, un coach o incluso un amigo que comparta una meta similar. Contar con alguien más puede proporcionarte responsabilidad y apoyo, haciendo que sea más fácil seguir adelante.

Es importante reconocer que mantener buenos hábitos de manera constante durante un largo período puede ser muy desafiante. Debes desear profundamente los resultados y estar seguro de que son vitales para tu bienestar. Si mantener la constancia a largo plazo te resulta abrumador, puede ser útil dividir tu objetivo en compromisos a corto plazo. Por ejemplo, podrías decidir enfocarte en un hábito durante un mes, o fijarte una meta de lunes a viernes, o mantenerla hasta la temporada navideña. Este enfoque te permite reevaluar y ajustar según sea necesario, haciendo que el proceso sea más manejable.

La honestidad contigo mismo es crucial. Sé claro acerca de lo que quieres, por qué lo quieres, cómo planeas lograrlo y cuánto tiempo estás comprometido a trabajar por ello. Escribir tus metas, compartirlas con otros y revisar regularmente tu progreso puede ayudarte a reforzar tu compromiso y mantenerte motivado.

 

Reiniciar nuestras amistades y relaciones

Las amistades y relaciones cercanas a menudo no requieren un reinicio formal: naturalmente fluyen y se adaptan a los cambios y desafíos que atraviesas, ya sea juntos o en paralelo. Estas conexiones se basan en una comprensión y apoyo mutuos, lo que les permite prosperar sin necesidad de pausas. Sin embargo, para las relaciones que no son tan cercanas o que han estado distantes debido a los meses intensos del verano, un reinicio podría ser beneficioso.

El primer paso para reiniciar una relación es reconectar: ver a la persona y ponerse al día en persona es una excelente manera de restablecer la conexión. Antes de hacerlo, tómate un tiempo para evaluar la amistad o la relación. Pregúntate si vale la pena seguir invirtiendo tu tiempo y energía. Considera qué es lo que realmente os une. Si hay un amor genuino y una conexión profunda, será más fácil reavivar la relación.

Cuando reconectes, enfócate en compartir vuestras experiencias durante el tiempo que estuvisteis apartados. Hablad de lo que ha cambiado en vuestras vidas, compartid vuestros objetivos futuros y expresad lo que esperáis para esta nueva etapa. Este intercambio mutuo puede ayudar a reiniciar el reloj, permitiendo que la relación evolucione y crezca en consonancia con vuestras vidas actuales.

En última instancia, un reinicio exitoso se trata de asegurarse de que tus relaciones sigan aportando valor y alegría a tu vida. Se trata de ser intencional con tu tiempo y energía, de nutrir las conexiones que más importan y de dejar ir aquellas que ya no te sirven. Al abordar tus amistades y relaciones con honestidad y cuidado, puedes asegurarte de que permanezcan saludables y satisfactorias a medida que avanzas.

 

Metas que podemos establecer para lograr un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal

Antes de establecer metas para mejorar tu equilibrio entre el trabajo y la vida personal, es esencial reflexionar sobre tus prioridades. A menudo le recuerdo a la gente que si, por algún motivo, mañana ya no estuvieras aquí, tu lugar de trabajo probablemente encontraría un reemplazo en pocos días. Sin embargo, tu familia—tus hijos, tus padres y seres queridos—nunca podrían reemplazarte. Esta perspectiva subraya que tu enfoque principal debería estar en invertir tiempo y energía en las relaciones y actividades que llenan tu vida de amor, ya que este amor es lo que te mantiene saludable, tanto mental como físicamente, y lo que hace que la vida realmente valga la pena.

Dicho esto, el trabajo es una parte necesaria de la vida, y equilibrarlo con tu vida personal requiere una planificación cuidadosa. El primer objetivo debería ser mantener esta conciencia de tus prioridades. Ten en cuenta lo que realmente importa mientras estableces límites y creas rutinas. Por ejemplo, decide que una vez que entres en casa, el trabajo se queda fuera. Comprométete a no revisar tu teléfono o correos electrónicos cuando estés con tus hijos, pareja o amigos. Esto te permitirá estar completamente presente, disfrutando del momento y de las personas que te rodean cuando no estés trabajando.

Cuando estés trabajando, procura estar enfocado y ser productivo, de modo que puedas maximizar tu eficiencia durante las horas laborales. Al ser intencional con tu tiempo, puedes crear una separación más clara entre el trabajo y la vida personal, lo que es crucial para mantener el equilibrio.

Es importante reconocer que lograr un equilibrio perfecto entre trabajo y vida puede ser un desafío, y no siempre será una división 50/50. Tu equilibrio podría ser 20/80, 60/40, o cualquier otra proporción, dependiendo de las demandas de tu vida en un momento dado. La clave es asegurarse de que, cualquiera que sea el tiempo que dediques a cada área, estés completamente presente e invertido en ese momento, sin que tu mente se distraiga.

Para apoyar este equilibrio, es útil comunicar tus planes y límites claramente tanto a tus colegas como a tu familia. Hazles saber tus intenciones para que puedan ayudarte a adaptar y apoyar estos objetivos, asegurando que todos estén en la misma página y respeten tu necesidad de equilibrio.

Al establecer estos objetivos y mantener una fuerte conciencia de tus prioridades, puedes crear un equilibrio entre la vida laboral y personal que no solo apoye tu carrera, sino que también nutra las relaciones y actividades que te brindan verdadera satisfacción en la vida.

 

Empezar a crear un estilo de vida más saludable: Pequeños cambios para hacer más ejercicio o comer mejor

Hoy en día, estamos bombardeados con consejos sobre salud y longevidad, a menudo contradictorios y no siempre adaptados a nuestras necesidades individuales. El primer y más importante paso para crear un estilo de vida más saludable es aprender a escuchar a tu cuerpo. Tómate el tiempo para hacer una pausa, respirar y escanear tu cuerpo. Pregúntate qué está intentando decirte tu cuerpo: ¿quiere que dejes ciertos hábitos alimenticios, que reduzcas la bebida, o que empieces a moverte más? A menudo desarrollamos el hábito de ignorar estas señales, pero tu cuerpo se comunica por una razón. Si sigues ignorándolo, puede comenzar a mostrar signos de malestar, algo que ciertamente queremos evitar, ya que puede llevar a la enfermedad.

Si hacer cambios significativos te parece abrumador, empieza con pequeños pasos. Recuerda que somos parte de la naturaleza, y al igual que cualquier otro ser vivo, prosperamos con lo esencial: agua, luz solar, aire fresco, descanso, movimiento, risa y amor. Por el contrario, sufrimos a causa de las toxinas, la desconexión, la exposición prolongada a la luz y el aire artificial, y un estilo de vida sedentario. Cualquier pequeño paso que des para nutrir tu salud y alejarte de lo que te daña es un cambio positivo.

Una manera práctica de comenzar es usar más tus sentidos. Huele el aire fresco y las flores, escucha los sonidos de la naturaleza, toca y conéctate con tus seres queridos, y comprométete con el mundo que te rodea. Tómate el tiempo para notar los colores, las caras y expresiones de quienes te rodean, y la energía de tu entorno. Cuanto más te sumerjas en el mundo natural, más equilibrado y saludable te sentirás.

También esfuérzate por reducir tu dependencia de las realidades artificiales: limita el tiempo frente a las pantallas, evita sustancias que te desconecten del presente, y en su lugar, enfócate en respirar más profundamente, hacer más pausas y permitirte moverte a un ritmo más lento y consciente.

Estos pequeños cambios—escuchar a tu cuerpo, reconectar con la naturaleza, usar tus sentidos más plenamente y alejarte de las distracciones artificiales—pueden crear un cambio profundo en tu salud y bienestar general. Al incorporar gradualmente estas prácticas en tu vida diaria, te encontrarás en un camino hacia un estilo de vida más saludable y equilibrado.

 

Por Lorena Bernal

Artículo utilizado en The Independent UK Newspaper