El camino hacia la autoaceptación no es un paseo tranquilo. Empezamos la vida sin las cargas de las presiones sociales y poco a poco se nos van metiendo, afectando cómo pensamos y sentimos sobre nosotros mismos. Pero con las redes sociales jugando un papel tan importante en nuestras vidas ahora, e incluso influyendo en los niños de edad escolar primaria, necesitamos ser más proactivos en cómo ayudamos a nuestras familias a aprender a amarse a sí mismas.

 

A medida que nuestros hijos crecen, podemos notar que se vuelven más conscientes de su apariencia y un poco inseguros sobre en quién se están convirtiendo. Eso es normal, pero puede volverse insidioso si esos pensamientos negativos comienzan a moldear cada parte de su identidad y quién creen que deben ser, en lugar de quiénes realmente son.

 

Como coach de vida, mi trabajo es ayudar a las personas a vivir de manera más auténtica y a construir su confianza. Así que aquí hay algunas maneras simples de ayudar a tu familia a tener un verano de amor propio.

 

Empieza Contigo Mismo

Ya sea que lo queramos o no, muchos de nosotros seremos culpables de hablar negativamente sobre nuestra apariencia o nuestras habilidades en presencia de nuestros hijos. Puede que no nos demos cuenta del impacto que esto puede tener en el momento, pero los niños son aprendices perceptivos y observarán con entusiasmo cómo actúas y te sientes sobre ti mismo, y lo copiarán en sus propios comportamientos autocríticos.

 

Para enseñar verdaderamente a nuestros hijos a abrazar el amor propio, necesitamos como padres dar ejemplo. Fingir amar nuestros cuerpos cuando no lo hacemos no sirve de nada. En su lugar, debemos reconocer todo lo que nos hace únicos. Nuestras caras cuentan las historias de nuestros antepasados, y nuestras habilidades cuentan las historias de nuestras experiencias. La próxima vez que te mires al espejo, piensa en las personas que puedes ver reflejadas en ti. La altura de tu madre, los ojos de tu padre, tus abuelos en tu naturaleza amable. El camino hacia el amor propio comienza contigo.

 

Recuérdales de lo que Son Capaces

Un ser humano es una maravilla. Nuestros cerebros nos han dado el poder de comunicarnos y expresar nuestros pensamientos vívidamente, y nuestros cuerpos experimentan las sensaciones físicas de una cálida puesta de sol, música, helado y el fresco aroma de las flores de verano. Recordarnos a nosotros mismos cuánto sometemos a nuestros cuerpos, y cuán agradecidos deberíamos estar por ello, puede transformar la forma en que nos vemos.

 

Anima a tus hijos a tomarse un momento de tranquilidad para centrarse y reconocer cómo se sienten. ¿Están felices o tristes? ¿Tienen mucha energía para correr o necesitan algo de tiempo para relajarse? ¿Qué pueden oler o saborear en el aire? Reconocer cómo nuestros cuerpos reaccionan y responden a lo que está sucediendo a nuestro alrededor puede ayudarnos a sentirnos más en control de ello, y más agradecidos de cómo nos cuida. Recuerda, no hay nadie más hermoso que una persona que se siente realizada, en paz y enamorada de la vida.

 

Celebra Su Belleza

A todos nos encanta la belleza, y es normal que los niños quieran sentirse bonitos. No invalide ese deseo. En su lugar, ámalos y diles lo hermosos que son. Elogia sus ojos, su cabello, su sonrisa. Admira el resultado observable de su hermoso mundo interior. Diles cuánto se parecen a su padre, a su abuelo, o a cualquier persona a la que se asemejen, con genuina admiración. Si sienten que los admiras, les será más fácil admirarse a sí mismos.

 

Elimina las Expectativas

Las redes sociales nos bombardean con imágenes seleccionadas de una vida perfecta a diario, si no cada hora. Cómo nos vemos, sentimos, comportamos o conectamos con los demás, todo en línea parece ser sin esfuerzo y perfecto. Pero cuando inevitablemente tenemos emociones o experiencias que están fuera de estos estándares inalcanzables, es fácil sentir que no somos lo suficientemente buenos. Para los niños en particular, pueden encontrarse constantemente intentando y fallando en vivir a la altura de algo que nunca existió en primer lugar.

 

Pero los padres también somos culpables de establecer estándares para que nuestros hijos los cumplan. Cuando pensamos en lo que queremos que sean en el futuro y nuestras ambiciones para sus vidas, a menudo tenemos esta imagen en nuestras cabezas de la persona increíble en la que queremos que se conviertan. Al compararlos con esta imagen idealizada, dejamos de verlos y valorarlos por quienes son y en su lugar añadimos más presión y estrés a su sentido de ser ‘suficientes’.

 

Como padres, debemos amar incondicionalmente, asegurándonos de no exigir perfección y tranquilizándolos de que los valoramos y apreciamos tal como son. Deja de comparar a tus hijos con otros niños. No pienses que cuanto mejores sean ellos, mejor eres tú. Siente que son perfectos y grandiosos, y les ayudarás a sentirse así sobre sí mismos. Este mensaje no tiene que ser verbalizado; los gestos amorosos y tu energía hacia ellos son suficientes para mostrar cómo te sientes. Pero debe ser auténtico para que ellos crean y acepten esta realidad, así que asegúrate de que provenga del corazón.

 

Crea un Espacio Seguro para Hablar sobre sus Preocupaciones

Primero necesitamos recordar que nada los preocupará si no nos preocupa a nosotros primero. Esos pensamientos o sentimientos que tienen son emociones normales de descubrimiento. Si nos preocupamos por ellos, ellos también se preocuparán. Si los aceptamos y decidimos ayudarlos a lidiar con ellos, debe provenir de la aceptación de que se sientan así y no de etiquetar ese estado como “un problema que resolver, de lo contrario, no serás feliz”. Así que desde ese estado mental, hablar sobre lo que nos hace hermosos es otra buena manera de alentar a los niños a comenzar el viaje hacia el amor propio. El objetivo es crear un espacio seguro donde tu hijo sienta que puede ser abierto y honesto, así que no los interrumpas y estate realmente comprometido con la conversación. Haz preguntas abiertas que se centren en lo positivo de sus vidas. ¿Qué les gusta a sus amigos o hermanos de ellos? ¿De qué están más orgullosos? ¿Cuándo se han sentido más felices?

 

No te asustes si no se sienten bonitos, fuertes o lo suficientemente buenos. Harás que ellos también se asusten. Está bien; todos podemos sentirnos así. Reasegúrales que son amados, profundamente amados, y asegúrate de expresar esto todo el tiempo, incluso cuando estés enojado con ellos, regañándolos. Perciben la sutil diferencia entre la decepción en quiénes son o la decepción en lo que han hecho. Es una diferencia sutil, pero tiene un gran impacto en cómo el niño recibe tu mensaje.

 

También podrías aprovechar la oportunidad para hablar sobre tu propia autoestima y cualquier desafío que hayas enfrentado a lo largo de los años. Ser abierto sobre esto con tu hijo puede ayudarles a entender que estos sentimientos son una parte normal de vivir en nuestra sociedad y asegurarles que siempre estarás ahí como una mano amiga para guiarlos en su viaje hacia la autoaceptación.

Por Lorena Bernal

Artículo utilizado en Smaltalk Magazine.