Como padres, a menudo nos encontramos tironeados en muchas direcciones, especialmente durante esas mañanas caóticas preparando a los niños para la escuela. Pero, ¿y si te dijera que hay una manera de transformar esa prisa frenética en un momento de conexión y paz? Aquí es donde la atención plena (mindfulness) puede ser una poderosa aliada. La atención plena, en su esencia, significa estar presente en el momento, completamente inmerso en el ahora. Se trata de dejar de lado las distracciones de lo que sucedió ayer o las ansiedades del mañana y simplemente estar con lo que es.

 

Cuando estamos con nuestros hijos, sin embargo, estar en el momento no siempre es fácil. A menudo nos perdemos en pensamientos sobre lo que necesitamos enseñarles, cómo queremos que se comporten o lo que tememos que hagan mal. Estamos tan centrados en el futuro, en asegurarnos de que se conviertan en personas disciplinadas, organizadas y exitosas, que olvidamos simplemente estar con ellos en el aquí y ahora. Y cuando no cumplen con esas expectativas, nuestros miedos pueden aflorar, lo que provoca estrés, frustración y esa sensación tan familiar de perder la calma. Esto puede sentirse especialmente intenso durante momentos como la carrera matutina hacia la escuela, donde el tiempo apremia y todos parecen moverse en cámara lenta.

 

Pero, ¿y si hubiera otra forma de afrontar estos momentos? ¿Y si, en lugar de correr sin parar, pudiéramos llevar una sensación de calma, presencia y conexión a la ruta escolar? Aquí tienes cinco pasos conscientes para transformar tus mañanas de estresantes a serenas.

 

1. Prepara con Intención la Noche Anterior

La atención plena comienza mucho antes de que empiece la carrera hacia la escuela. Organizarte tú y tus hijos la noche anterior puede hacer que las mañanas sean más suaves y agradables. Esto podría significar animar a tus hijos a preparar sus mochilas, dejar su ropa lista e incluso poner sus alarmas ellos mismos. Si aprenden a ser más independientes, sentirán una mayor responsabilidad sobre sus rutinas.

Es fácil sentirse estresado cuando haces todo por ellos. Así que dales espacio para asumir responsabilidades. Deja los esenciales, como los zapatos, chaquetas y mochilas, cerca de la puerta, y considera poner temporizadores para el desayuno o para salir de casa. Conviértelo en un juego que todos puedan seguir. Estos pasos prácticos son importantes, pero recuerda que lo más importante es cómo los abordas. Si tu mente ya está en el futuro, preocupada por posibles retrasos o citas, tu estrés será contagioso.

Y aquí está la parte clave: este tiempo es para tus hijos. No te apresures en la ruta escolar preocupándote por llegar tarde al trabajo, al gimnasio o a una reunión. Una vez que tus hijos crucen las puertas de la escuela, tu tiempo empieza. Pero el tiempo que estás con ellos es suyo: permítete dedicárselo por completo.

 

2. Libérate de la Necesidad de Perfección

Como padres, a menudo sentimos una presión silenciosa para hacer todo a la perfección. Queremos que nuestros hijos sean puntuales, disciplinados y organizados, y medimos nuestro propio éxito con esos estándares. Pero aquí está la verdad: si las cosas no salen según lo planeado, no significa que estés fallando como padre o madre. A veces, la vida avanza más lento de lo que nos gustaría, y eso está bien.

Libérate del miedo a que las cosas salgan mal. Si tu hijo llega tarde, enfrentará las consecuencias naturales en la escuela. Esto no refleja tus habilidades como padre, sino que es una oportunidad para que ellos aprendan sobre la responsabilidad. La crianza consciente se trata de confiar en el proceso y aceptar el desorden de la vida sin juicios.

Recuerda, no hay nada que temer. No importa cuánto nos estresemos o lo que hagamos, nuestros hijos eventualmente crecerán y seguirán su propio camino en la vida. Lo que se llevarán consigo es la alegría o el estrés de estos momentos, no el resultado de si llegaron tarde una o dos veces. Dales alegría en lugar de estrés.

 

3. Crea Espacio para la Alegría en el Caos

Es fácil quedar atrapado en la prisa y olvidar disfrutar de los momentos preciosos con nuestros hijos. Las mañanas tempranas, sus caritas adormiladas y el tiempo compartido juntos son fugaces; crecen más rápido de lo que nos damos cuenta. En lugar de temer el ajetreo de sacarlos por la puerta, cambia tu mentalidad hacia la gratitud. Estás viviendo un capítulo de tu vida que, aunque desafiante, está lleno de momentos que extrañarás algún día.

Toma una respiración profunda. Sonríe a tu hijo, incluso cuando se esté demorando. Sé presente con ellos en esos pequeños momentos y observa si eso no cambia la energía de toda la mañana.

 

4. Sé Flexible, No Rígido

Cada mañana es diferente. Algunos días tus hijos estarán listos antes que tú, mientras que otros días pueden sentirse lentos, emocionales o desmotivados. Evita etiquetarlos como “perezosos” o “despistados”. En su lugar, acéptalos tal y como están cada día, con una mente abierta. Cuando etiquetamos a nuestros hijos basándonos en su comportamiento pasado, limitamos su potencial de crecer y cambiar.

De manera similar, permite suficiente tiempo en la mañana para todo, pero no sobreplanes. Demasiado tiempo puede llevar al aburrimiento, mientras que muy poco puede crear pánico. Ajusta según sea necesario, sin apegarte demasiado a ninguna rutina en particular. Esta flexibilidad reducirá el estrés y permitirá una mañana más armoniosa.

 

5. Suelta Para Que Ellos Puedan Asumir Responsabilidades

Cuando como padres nos preocupamos demasiado, a menudo, sin darnos cuenta, asumimos toda la responsabilidad, dejando que nuestros hijos dependan de nosotros para todo. Pero si podemos soltar un poco ese control, nuestros hijos se harán cargo. Al dejar de micromanear cada detalle, les das la oportunidad de asumir la responsabilidad de sus acciones.

Es importante recordar que este proceso lleva tiempo. Tus hijos no serán perfectos a la hora de prepararse de un día para otro, y eso está bien. Sé paciente con ellos y contigo mismo. No te juzgues cuando cometan errores, y no entres en pánico cuando las cosas no salgan como planeaste. Al igual que cualquier habilidad, aprender a ser independientes lleva tiempo y consistencia.

El equilibrio es clave. No quieres que se sientan abandonados, sino empoderados para hacerse cargo de su propia rutina matutina. Esto no solo fomenta la independencia, sino que también ayuda a reducir la carga emocional que llevamos como padres.

 

Momentos Conscientes Durante la Ruta Escolar

Una vez que todos están fuera de casa, la propia ruta escolar puede ser una experiencia consciente. No hay necesidad de forzar la conversación si todos necesitan silencio. A veces, poner una lista de canciones favoritas puede convertir el trayecto en algo que tus hijos esperan con ansias. Este pequeño ritual puede reducir la tensión y crear una sensación de calma y alegría.

Después de la escuela, resiste la tentación de interrogarlos. Deja que se relajen y procesen su día a su propio ritmo. En lugar de bombardearlos con preguntas, comparte un poco sobre tu propio día. Permite que la conversación fluya de manera natural, sin presión. Al hacerlo, creas un espacio seguro y abierto para que ellos se conecten sin sentirse abrumados.

 

En Conclusión: La Atención Plena se Trata de Presencia, No de Perfección

La crianza consciente no significa que todas las mañanas serán perfectamente calmadas; no se trata de perfección, sino de estar presente. Se trata de aceptar cada parte del viaje sin juicios, ya sea un trayecto pacífico o una carrera caótica para salir de la casa. Y lo más importante, se trata de mantenerte conectado con tus hijos en cada uno de estos momentos, por pequeños que sean.

 

Cada ruta escolar es una oportunidad para practicar estar en el ahora. Así que respira profundo, suelta la necesidad de que todo salga a la perfección y disfruta de los momentos que tienes con tus hijos. Crecerán antes de que te des cuenta. Y cuando miren atrás, no recordarán si siempre fueron puntuales o perfectamente organizados; recordarán la alegría o el estrés. Elige la alegría.

Por Lorena Bernal

Artículo publicado en la revista Motherhood The Real Deal magazine (UK)