En el ajetreo y bullicio de la vida, a menudo nos encontramos buscando respuestas y orientación sobre cómo navegar por las complejidades de la existencia. Olvidamos que dentro de cada uno de nosotros yace un núcleo de amor y luz, esperando ser redescubierto. En este artículo, exploraremos el viaje de regreso a nuestro yo auténtico, entendiendo la importancia de reconectar con el amor puro y la alegría que una vez conocimos de niños. Este viaje, como descubriremos, no es solo una búsqueda personal; tiene la clave para desbloquear el verdadero poder dentro de cada uno de nosotros.

 

La metáfora de la lámpara – Eres luz, nada más importa

 

Imagina que eres una lámpara – hecha de plástico, metal o cualquier otro material – constantemente preocupada por descubrir tu propósito y la mejor manera de cuidarte. La sociedad te dice que identifiques qué tipo de lámpara eres y te enseña cómo limpiarla, cómo mantenerla como nueva durante el mayor tiempo posible… Quizás tus padres te colocaron en el techo, pensando que eras una lámpara de techo, cuando, en realidad, estás más destinado a ser una lámpara de mesa de noche, pero ellos no podían realmente verte como eras y querían lo mejor para ti. O tal vez sueñas con ser una gran lámpara de estadio de fútbol pero dudas de tu capacidad porque has escuchado que esas lámparas deben ser gigantes. A menudo nos centramos en ser la mejor lámpara que podemos ser, durante el mayor tiempo posible, pero perdidos en la búsqueda de algo que constantemente nos recuerda cuán perdidos y vacíos estamos realmente, porque estamos olvidando que nuestro verdadero propósito es simplemente iluminar.

 

Independientemente de tu material o función, tu verdadero propósito es iluminar. El plástico, el vidrio, el metal, el tamaño o la ubicación – son secundarios. Tu luz es el núcleo, y sin ella, ser la lámpara perfecta no tiene sentido. La clave está en encender tu luz, y a partir de ahí, tu propósito se vuelve claro. Ya sea que ilumines una cena familiar como una lámpara de techo, proyectes un brillo calmante como una lámpara de mesa de noche, o brilles intensamente en un estadio de fútbol, la esencia reside en tu luz, no en los detalles de tu forma o función. Al abrazar tu rol como iluminador, se manifiesta tu verdadero poder – el poder de ser la luz y el amor que eres.

 

Desvelando el escudo alrededor de tu corazón – Reconectando con la alegría de la infancia

 

Como adultos, nuestros corazones a menudo soportan el peso de las decepciones, el dolor y las murallas protectoras que hemos construido a su alrededor a lo largo de los años. Todos fuimos una vez luz pura, amor puro, una bombilla brillante y resplandeciente. Nuestra infancia estuvo llena de alegría, curiosidad, sonrisas y una apertura al mundo. Sin embargo, a medida que crecíamos, los desafíos de la vida introdujeron confusión, dolor y decepción, lo que nos llevó a construir escudos alrededor de nuestros corazones y una identidad para proteger nuestra aparente fragilidad.

 

Para redescubrir nuestra luz, debemos volver a los momentos antes de que esa luz se apagara y fuera reemplazada por una identidad. Cierra los ojos, reflexiona sobre el tiempo en que eras un(a) niñ@ despreocupad@, llen@ de alegría, curiosidad y energía sin límites. Conéctate con la esencia de es@ niñ@, reconociendo que todavía es parte de ti. A pesar del paso del tiempo y los desafíos de la vida, ese núcleo, esa luz, permanecen intactos. Reconectar con es@ niñ@ te permite reconocer tu verdadero yo, quién eres realmente. Vivir sin miedo, abrazando la vida con amor, alegría y autenticidad. Aquí, emerge el verdadero poder de ser la luz y el amor que eres, derribando las murallas que han ocultado tu esencia durante tanto tiempo.

 

Abrazando pequeños momentos de alegría – Reconociendo tu verdadero yo

 

Para reconectar con tu luz interior, presta atención a los momentos de alegría y amor, por pequeños que sean, incluso si es solo un instante. Detente, justo ahí, toma conciencia de ese momento e identifica dónde en tu cuerpo sientes el amor, la paz y la alegría. Respira esa alegría, sumérgete en la experiencia y permanece presente. Este es el verdadero tú, el que no está agobiado por el miedo, la preocupación o las restricciones de tiempo. Esa es la sensación que está escondida en ti, permanentemente ansiosa por salir y ser libre.

 

La vida puede presentar diversos desafíos, y el viaje de cada persona es único, pero el hilo común es la existencia de momentos de alegría. Estos momentos son las miguitas de pan que te llevan de vuelta a tu verdadera esencia. Independientemente de tus circunstancias, estos destellos de alegría te conectan con tu luz interior. Entrénate para ser consciente de estos momentos, y gradualmente, descubrirás que se vuelven más frecuentes. En estos momentos, el amor reina supremo y tu verdadera esencia brilla a través. Reconocer estos momentos es reconocer el verdadero poder que reside en ser la luz y el amor que eres. ¡Aférrate a esa sensación!

 

Creando una cadena de amor – Impactando positivamente a otros

 

Imagina si todos se enfocaran en ser el amor que realmente son. El efecto dominó sería profundo, creando una reacción en cadena de positividad e iluminación en el mundo. Al reconectar con tu luz interior, no solo transformas tu propia vida, sino que también contribuyes a un cambio colectivo hacia el amor y la alegría. Este efecto dominó tiene el poder de inspirar a otros a embarcarse en su propio viaje de auto-descubrimiento, creando una hermosa cadena de luces interconectadas que disipan la oscuridad. ¿No necesitamos todos esto?

 

Iluminando el camino hacia la felicidad, el amor y la paz

 

En la búsqueda del auto-descubrimiento y la realización, es crucial recordar que nuestra esencia, nuestra luz, permanece dentro de nosotros a pesar de los desafíos de la vida. Al reconectar con el amor y la alegría que conocíamos de niñ@s, desbloqueamos la clave para la felicidad, el amor y la paz. Abraza los momentos de alegría, reconoce tu verdadero yo y deja que tu luz interior guíe no solo tu camino sino también los caminos de quienes te rodean. Juntos, iluminemos el mundo con el poder transformador del amor, el verdadero poder que reside en ser la luz y el amor que somos.

 

Lorena Bernal

 

Este artículo fue publicado en la edición de abril de la revista Yoga Magazine (UK)

 

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